¿Hay que prender fuego todos los colegios?

Respuestas posibles:

1- Sí, claro.

2- Pero por supuesto.

3- El poste de Chesterton.

I.
Chesterton se imagina que una gran conmoción se levanta en la calle sobre un asunto, digamos, un poste de luz, que muchas personas influyentes quieren tirar abajo. Un monje de gris, el espíritu de la Edad Media, es consultado al respecto y empieza a decir, a la manera de los escolásticos:

-Antes que nada consideremos, hermanos y hermanas, el valor de La Luz. Si la Luz es en sí misma un bien–

Y a esta altura es atropellado por la multitud, quizás, justamente. La gente entonces va corriendo al poste de luz, en diez minutos lo tiran y ahí se empiezan a felicitar todos por su practicalidad tan poco medieval. Pero resulta que no todo sale tan bien. Algunas personas querían bajar el poste de luz para robarse los cables, otros querían el hierro, otros ansiaban la oscuridad para cometer toda clase de actos malignos y pecaminosos. Otros querían un poste de luz que consumiera menos energía, otros uno más bonito. Algunos actuaron en pos de destruir propiedad municipal, otros para romper algo. Se arma guerra en la noche, nadie muy seguro de a quién le está pegando. Así que, gradual e inevitablemente, hoy, mañana o el día siguiente, surge la idea de que quizás el monje tenía razón, y que todo verdaderamente depende de cual es la naturaleza filosófica de La Luz. Solo que ahora, lo que podríamos haber discutido a la luz del poste lo tenemos que hacer en la oscuridad.

La moraleja es que no destruyas un sistema si no estás completa y absolutamente (65%) seguro de quien lo puso ahí y porqué y de todo lo que está haciendo. Claro que Chesterton también dijo que un chico empieza el colegio cuando ya es demasiado tarde como para enseñarle cualquier cosa, así que tampoco es que era fana de las escuelas.

II.
A lo que está reaccionando cuando dice todo eso es al positivismo, que es una versión de la forma de pensar que instauró la escolaridad masiva en primer lugar. Positivismo es orden y progreso, como el lema de Brasil. Primero ordenás, generalmente en una grilla de rectángulos iguales, y recién ahí podés progresar. Scott Alexander lo llama un gusto estético enmascarado como una filosofía científica. Paulo Freire directamente “Necrofilia”, por tratar de convertir lo orgánico en mecánico. El desafortunadamente nombrado Ivan illich, “Prometeísmo”. A veces es Alto Modernismo, a veces es Iluminismo, a veces Racionalismo, a veces Taylorismo, a veces Tecnocracia, pero siempre hijo de la República de Platón, a donde ya volveremos porque ese es el positivista-lobo original. Más que robar fuego a los dioses suele tratarse de encontrar la manera más eficiente y científica de hacer las cosas, llevándose puesto lo que haya que llevarse puesto, casi siempre nativos y campesinos.

Tiene entonces una historia sangrienta. Así como no hay que tirar sistemas sin considerar lo que produciría su ausencia, tampoco hay que ignorar las pilas de cráneos que anuncian que tengas cuidado con los sistemas que vas a levantar sobre las potenciales cenizas escolares. A veces la gente encargada de planificar y ejecutar estos grandes proyectos sabe poco de la ciencia o la matemática relevante, y están básicamente cosplayeando el ser racional poniendo todo en una grilla de rectángulos iguales.

Scott Alexander define: Estandarización, Henry Ford, la fábrica como metáfora para la mejor manera de hacer todo, la conquista de la naturaleza, el Nuevo Hombre Soviético, la gente con título que sabe más que vos, borrar las estúpidas tradiciones irracionales del pasado, Un Mundo Feliz, todos viviendo en dormitorios y comiendo exactamente dos mil calorías de Producto Alimenticio Homogeneizado (™) por día, todo lo que sea Por Tu Propio Bien, brillantes rascacielos modernistas, El X del Futuro, quejas de las masas oscurantistas resistiendo El X del Futuro, exigencias de que si las masas oscurantistas rechazan El X Del Futuro deben ser re-educadas Por Su Propio Bien, y (obviamente) grillas de rectángulos iguales.

Nótese que la aplicación de este tipo de planes no siempre es un desastre total. Los planes de vacunación y las cuarentenas cuando hay pandemias globales son famosos enemigos de las masas oscurantistas que temen a La Ciencia. Al mismo tiempo, a mucha gente le parecen horribles los monoblocks estilo Le Corbusier, pero eso implica rehuirle a su aire y su luz para ahogarse en una buhardilla-pozo de la muerte porque es pintoresca.

Pero nadie le hace caso a un visionario sin la intervención de un poder más grande que los obliga a punta de pistola: todo estado centralizado quiere un mundo legible, es decir, ordenado de tal forma que sea más fácil de monitorear y controlar. Los estados universales no lo son geográficamente, sino psicológicamente. Otro Scott, James C. habla en Seeing Like a State lo importante que es para un estado poder interpretar lo que pasa bajo sus narices para poder cobrarle impuestos. Promueven los ideales del Bien Mayor como cortina para las maquinaciones totalitarias que les hubiese encantado implementar de todas formas. El resultado es generalmente un fracaso de acuerdo a los objetivos humanitarios de los Altos Modernistas, pero un éxito arrollador para los objetivos de consolidación del poder gubernamental. Así gradualmente se transiciona de sistemas que son desprolijos pero perfectamente adaptados al orden oculto local a otros que son apenas funcionales pero fácilmente procesables para el aparato estatal.

Foucault diría que en la instauración del poder disciplinario se da un doble movimiento: Universalización (se expande y abarca la totalidad del cuerpo social) e Individualización (identifica y genera información sobre cada uno de los componentes de ese cuerpo), lo que permite al poder disciplinario es un mayor control y rendimiento, a un menor costo. Leyes escritas que reemplazan los sistemas locales, una lengua oficial para todas las comunicaciones, apellidos y números de documento para distinguir a un Juan de otro (universal e individual a la vez), sistema métrico de pesos y medidas por sobre codos, manos y piedras y todo así.

Un pueblo dejado a sus anchas nombra las calles de formas que codifican información útil para sus habitantes. En la “calle del molino” hay un molino. En la “calle de las viejas” viven unas viejas. La “ruta a Córdoba” es una ruta que va a Córdoba. Pero visto desde la perspectiva del estado nacional, te encontras con una pila de “rutas a Córdoba”, una saliendo desde cada pueblito de cien habitantes. Entonces si llega un mensaje que dice “hubo un accidente en la ruta a Córdoba” no sabés en cual de todas las millones de rutas a Córdoba fue. Mucho más útil para vos es tener las rutas numeradas y kilometradas, así es más fáciles de distinguir dónde está el problema. 

Esa es la lógica de una ciudad planificada como La Plata o Chicago, con calles numeradas en una grilla de rectángulos iguales para que alguien que llega de otro lado sepa donde está y se pueda guiar sin problemas (hopefully). 

La tercera forma de nombrar las calles, con fechas o figuras importantes (25 de Mayo, Avenida San Martín), cumple otro propósito para el estado, que es propagar el relato histórico oficial. Es muy difícil olvidarte que sos argentino si todos los días tenés que usar los nombres alrededor de los que esa identidad fue construida.

III.
¿Cómo afecta esto a la escuela pública? Es la que construye la identidad. Imaginate que sos Julio Argentino Roca o uno de los amigos que lo siguieron al gobierno. Al puerto te llegan gallegos, napolitanos, polacos, genoveses, saboyardos, ucranianos, rusos, franceses, alemanes, alsacianos, suecos, irlandeses, mucho. Todos tienen culturas distintas, religiones distintas, todos hablan idiomas distintos. ¿Cómo haces para que funcionen como un cuerpo cohesivo al servicio de tus intereses nacionales/personales? El primer paso es tratar de simplificar todas esas identidades. A los súbditos del imperio otomano, ya sean griegos, sirios o croatas, los vas a llamar por conveniencia “turcos”. A los descendientes de esclavos africanos o de cualquier pueblo aborígen los vas a llamar por conveniencia “negros”. Pero lo que querés en realidad es que sean todos argentinos. Nada mejor que una ley de educación que establezca un sistema universal, obligatorio y laico para que hablen, lean y escriban todos como argentinos y no en las lenguas bárbaras de sus padres, canten el himno nacional, sepan cuales van a ser sus bailes y costumbres típicas, tengan por héroes a San Martín y Belgrano y ninguno se vuelva anarquista, comunista o demasiado católico (todas doctrinas o ideas supranacionales). Eso es lo principal. Después si la excusa es aprender a multiplicar o a sacarle el barro al plato antes de comer, sure why not.

Así como el relato estatal debe competir con otras ideologías, un sistema como el escolar debe competir con otros sistemas. Antes de que hubiera sistemas nacionales de educación la mayoría de los varones aprendían a hacer lo que hiciera su padre para vivir y las nenas se quedaban en casa con la madre para aprender tareas domésticas, cocinar y cuidar al resto de las crianças. Si vivían en el campo (como el 80% de la población) desde los 4 o 5 años ya los podían poner a cuidar gallinas o arrancar yuyos. Casi nadie sabía leer o escribir o concebir números mayores a los dedos que no les hubiesen comido los chanchos. Aunque nadie se haya sentado a planearlo, eso es un sistema. Y por más precario que sea es mucho más fácil denunciar sus fallas que implementar otro que funcione a un nivel parecido de eficacia y optimización. Thomas Kuhn señala que las primeras versiones del modelo heliocéntrico del universo eran mucho peores que el modelo geocéntrico. Los astrónomos solamente seguían mejorando sus modelos solares como una curiosidad, y pasaron décadas antes que pudieran bancarse los trapos contra el geocentrismo en un debate serio.

Así, en las décadas previas a la aprobación de esta ley nacional, Alberdi-san defendía la “educación de las cosas”. Quería invertir en obras públicas e infraestructura antes que en escolaridad, porque entendía que el progreso social tenía espontáneamente efectos pedagógicos. Pensá en la intro de Historia del Guerrero y la Cautiva de Borges, donde uno de los orcos que invadía Rivendel se impresiona tanto con las maravillas de la ciudad que se pasa de bando y muere defendiéndola, aunque no termine de entender qué es exactamente lo que estaba defendiendo. 

Mitre-kun, por su parte, quería educar a una élite (tutor privado, temario griego y latino) para construir y reproducir una clase política, y luego esa educación se “derramaría” en la población en su conjunto. Somehow. El tercero era el sistema de Sarmiento-chan, el que ganó por goleada, con escuelas que eran en muchos aspectos como fábricas, pero no necesariamente porque estaban imitando los timbres o los capataces, o porque prepararan a los chicos para trabajar literalmente en fábricas. Recordemos que los planes industriales no aparecen hasta mucho después en la historia argentina, y el país se concibió como un granero gigante. Más bien respondía al ethos de eficiencia, regulación y control racional que estaba en boga en las instituciones decimonónicas de todos los países ilustrados que había que imitar.

Cuando alguien como yo dice que la escuela no funciona porque no se aprende nada útil pasa por alto el propósito para el que la establecieron en primer lugar. Su misión principal es enseñarte a ser argentino y definir lo que se considera normal en la Argentina, y eso lo hace extraordinariamente bien. Tus padres pueden ser suecos o taiwaneses, pero si atravesás la escuela primaria pública argentina vas a tener que jurarle en casteshano a la bandera de Belgrano mientras tomás mate. No es que sea tan poderosa que puede aplastar ciegamente toda diferencia y su influencia es total (en todo momento compite con todo un ecosistema mediático y social del que la escuela es solo una pequeña parte [y como este ecosistema se movería si sacás la escuela, más adelante]), es que opera con un sentido común que te transforma aunque no creas en él. 

Ahora, si su función no fuese fabricar determinado tipo de personas sino enseñarles a leer, escribir y a hacer operaciones matemáticas básicas, eso se puede hacer en un par de meses. Quizás un año. Paulo Freire lo podía hacer en 40 horas si las primeras palabras que el alumno descifraba tenían que ver con su realidad política. ¿Qué se hace en todos los otros meses y años? ¿Y qué pasa si sos como una princesa de Disney y QUERÉS MAS?

MÁS PIERNAS

IV.
La escuela secundaria tiene su origen en el sistema prusiano de Wilhelm von Humboldt. Bah, la otra también. Que los chicos empiecen la escuela a una edad en la que sus habilidades lingüísticas sigan siendo plásticas y les sea fácil aprender el idioma nacional fue un diseño deliberado de parte de los prusianos. A finales del siglo XVIII tenían el gran problema de que Francia los pasaba militarmente por encima. Eran una sociedad de campesinos que una vez transformados en soldados eran incapaces de ejecutar cualquier maniobra más compleja que formar en línea. Para poder responder a las exigencias de un campo de batalla donde del otro lado estaba Napoleón hacía falta lvlear a un nivel de entendimiento mayor, tanto para los oficiales como para los soldados rasos.

Enter von Humboldt y su Nuevo Humanismo. Además de todo lo que dijimos antes de enseñarle a los chicos a ser prusianos disciplinados y alfabetizados, para que esos seres humanos se desarrollen completamente había que agregarles Ciencia y Alta Cultura. No para que sean científicos o artistas profesionales (Prusia necesita soldados), sino porque un mayor entendimiento del mundo que te rodea te permite tomar mejores decisiones independientes al momento de tener que cumplir una misión militar. 

Al igual que con la primaria, una de las quejas más comunes que se escuchan en el secundario es que lo que te enseñan no te va a servir para nada. Yo quiero ser médico, ¿Para qué tengo que aprender matemática? Yo quiero ser ingeniero mecánico, ¿Para qué tengo que aprender biología? Yo quiero consumir peyote en una caverna, ¿Por qué tengo que ponerme pantalones? Bueno, no se supone que te vuelvas químico con dos horas de química por semana. Prusia necesita soldados, preferentemente que usen pantalones. Es un sistema basado en la tutoría privada de los caballeros aristócratas (quienes venían haciendo las veces de oficiales) y fueron justamente ellos los mayores opositores del sistema, ya que temían que educar a la gilada provocaría revueltas exitosas. Ahora, la diferencia entre un aristócrata y el resto de los mortales es que el aristócrata no tiene que laburar, y por lo tanto puede permitirse dedicar su tiempo a hacer o aprender lo que se le ocurra sin que le importe si después puede hacer plata con eso o no. Decir “mucha educación es necesaria para vivir” implica una oligarquía. Solo viven realmente los que no pierden trabajando el tiempo que podrían estar educándose.

Por eso los otros opositores del sistema fueron los más pobres. Si los chicos van al colegio quiere decir que no pueden trabajar en el campo o en una fábrica. Nótese que eso es muy bueno para los chicos, a menos que implique que al mismo tiempo se caguen de hambre. A Prusia todo esto le chupa un huevo, Prusia necesita soldados. Los maestros les ayudarán a ganar la guerra con Francia y todos los mundiales.

V.
John Dewey distingue dos puntas desde las que se piensa la educación. Desde el lado del currículum ideal se subdivide el universo en materias, las materias en temas, los temas en lecciones y cada lección es una serie de hechos y fórmulas. El alumno debe proceder paso a paso dominando cada una de esas partes separadas y al fin habrá cubierto el temario entero. El camino que parecía interminable es fácil de atravesar si se lo considera de a puchitos. El énfasis es puesto en las subdivisiones más lógicas de cada materia y tema. Los problemas de instrucción son problemas de asegurarse de que los textos y las partes mantengan esa coherencia lógica y los pibes mantengan el interés en lo que se les está enseñando. Eso último es bastante difícil, dice Dewey, principalmente porque dividiste el currículum en partecitas fáciles de procesar y eso vuelve cada tema intrínsecamente menos interesante. Una bicicleta es más interesante que un tornillo, a pesar de y justamente porque es más complicada. Sobre a quién le corresponde o no interesar a las crianças es un duelo constante y a muerte entre los padres y los maestros. En este sistema, cito a Alejandro Grimson, “el camino que conduce a la creatividad es largo. No se obtiene por arte de magia, de un momento a otro y sin trabajo previo, como muchos tienden a pensar. Nadie nace creativo. La creatividad es un punto de llegada, pero existe como potencialidad en la mayoría de las personas.” 

En la otra esquina está Rousseau, que decía que los chicos sí nacen creativos y recontra curiosos, ta que te parió, y cada cual con sus sus modos individuales de entender la realidad, y es fundamental seguirlos para que sean capaces de aprender. El rol del maestro ahí es ponerle obstáculos o simulaciones (juegos) de la vida real que lo condicionen por medio de la experiencia en lugar de enseñarle intelectualmente. Las pedagogías tipo Montessori son descendientes de Rousseau tanto como él criticaba el racionalismo duro. Para Dewey todo esto de seguir al pibe es gilada porque realmente no hay pibe al que seguir. I mean, está ahí, pero más bien como una suerte de potencialidad y estado transicional. No tiene porqué ser siempre esa cosa que nace o preferírsela por sobre lo que se pueda llegar a convertir. Dewey defendía un sistema que enseñara teoría y práctica al mismo tiempo. El ejemplo más claro es el procedimiento de enseñar a los estudiantes la física, química y biología relevantes a la preparación de una comida mientras la preparan. Era un crítico tanto del conocimiento “muerto”, desconectado de la vida diaria, como de que no hace falta ningún conocimiento.

Claro que el sistema educativo actual no es exactamente como lo diseñaron los prusianos o lo aplicaron los caudillos de otros respectivos países cuando vieron que Prusia ganaba todas las guerras y ellos también querían ganar las guerras. Es una burocracia abandonada, como un traje-mecha esperando a su piloto que manejara los controles como le parezca. Y nuestra latinoamérica tiene pareceres propios, que no queremos que involucren guerras.

JOHN DEWEY REFLEXIONA SOBRE LA EXPERIENCIA. JOHN DEWEY CONQUISTA Y EDUCA.

Dicen Tenti Fanfani y sus datos: El discurso vulgarizado de muchos docentes latinoamericanos sostiene que “el conocimiento se construye” y que la función principal de la escuela es “desarrollar la creatividad y el espíritu crítico” (alrededor del 60% de los docentes de la Argentina, Brasil y México así lo afirma), en lugar de “transmitir conocimientos actualizados y relevantes” (idea a la que adhiere alrededor del 42% de los mexicanos y sólo el 28 y el 17% de los argentinos y brasileños). Respecto del rol del docente, entre el 17 y el 20% suscribe la idea de “transmisor de conocimiento y cultura”, mientras que una significativa mayoría (del 70 a casi el 80%) se considera un “facilitador del aprendizaje de los niños”

Y a nivel traje-mecha tenemos por un lado la idea de la escuela como centro totalitario de adoctrinamiento y por el otro la escuela como formador de individuos autónomos y cultos, pero sin competencias laborales inmediatas. El otro otro extremo también es problemático, una educación orientada exclusivamente a satisfacer las demandas del mercado laboral, ya sea antes de empezar a trabajar o educarse trabajando. Las sociedades dedicadas a formar especialistas terminan con una visión muy blanco-negro-bien-mal del mundo basada en las fórmulas necesarias para sobresalir en su campo de acción. Es muy difícil que, por ejemplo, un premio Nobel en Química no trate de aplicar su tan exitoso método de interpretación de la realidad en base a interacciones químicas a cosas que no son necesariamente químicas. La química es todo, hasta que no lo es. Esa visión se acopla mejor con el pensamiento fundamentalista que con un pensamiento más sutil o liberal. Así es como pasa que Linus Pauling decide que la Eugenesia is the way to go y James Watson que la raza blanca es genéticamente más inteligente que la negra. Extendido a la sociedad entera genera lo que Arnold Toynbee llama “civilizaciones arrestadas”, donde el ser humano se vuelve un servo-mecanismo de sus herramientas de trabajo. Hombres-barco, hombres-caballo, hombres-reloj. Todo lo contrario a los humanos completos de la oración funeraria a Pericles, que para von Humboldt son los que hacen crecer a la civilización.

El ejemplo griego no es arbitrario, y todos los paralelos entre von Humboldt y Platón tampoco van a ser accidentes. La educación clásica enseña que los griegos fueron unos superhombres atómicos que alcanzaron los más altos niveles en todos los campos del saber, algunos dicen debido a las circunstancias materiales de la Grecia clásica y otros mediante el poder del vino rebajado y la homosexualidad. En cualquier caso, todo esto parece ser culpa de los griegos.

VI.
Específicamente de Platón, sus leyes y su República, que parecen reencarnar en cada generación como el Avatar o las cazavampiros. La diferencia entre la República Eugenésica Platónica y otras utopías es primero que ésta razonablemente podría haber sido fundada. Un grupo de colonos platónicos podría haber cargado un barco, periplado hasta alguna parte libre de Europa y armado su rancho ahí. Lo que la mató fue que las pequeñas ciudades estado independiente dejaron de ser importantes justo por esa época, reemplazadas por un gran imperio atrás de otro hasta el Renacimiento, cuando todas las partes piolas del continente ya estaban ocupadas. La segunda diferencia es que Platón tenía la habilidad casi mágica de disfrazar sugestiones totalitarias de tal manera que el hippie más progre pueda admirar la República sin terminar de darse cuenta de lo que involucran sus propuestas. El pensamiento de Platón es una síntesis de Sócrates, Parménides, los pitagóricos, las orgías místicas eleusinas llenas de droga y trap sátiro y, especialmente, Esparta y los eventos de la Guerra del Peloponeso. Esparta es LO PEOR. De eso basta recordar que su método de crianza, el agogé no era una escuela en casi ningún sentido de la palabra, de esas que enseñan cosas. Sus paralelos modernos más cercanos son sistemas para condicionar y adoctrinar terroristas y niños soldados y que, a pesar de eso, Esparta gana menos que Don Quijote. 

A Platón no le importa. Él lo que quiere es ese tipo de sociedad rígida y cerrada por todos lados contra el cambio. Prácticamente todas las características de la escuela pública fueron idea de Platón. “La educación será obligatoria; los niños deben asistir a la escuela, les guste o no a sus padres; porque pertenecen al estado más que a sus padres”. Tanto es así que mezclan a los pibes cuando nacen para que nadie sepa quien es hijo de quien. “Se los tratará como hombres libres en cuanto que aprenden y les enseñan, pero como esclavos en cuanto a que pueden ser castigados por los demás hombres libres”. Si alguna vez odiaste levantarte temprano a la mañana para ir a la escuela fue culpa de Platón, porque Platón odiaba a la gente que duerme, hijos del rigor. “Cuando amanezca, que el niño vaya a la escuela. Así como las ovejas necesitan al pastor, el niño necesita un amo; porque es a la vez la más astuta y la más insubordinada de las criaturas”. La mitad del currículum es aprender a cabalgar y a usar las armas. Gimnasia, baile y Mortal Kombat. “Aquellos a los que se le ha enseñado a jugar los mismos juegos con los mismos juguetes se contentarán con las mismas leyes”. La otra mitad es música, pero en un sentido a la vez más amplio y más estrecho que el actual. Música para Platón quiere decir todo lo que tenga que ver con las Musas. Hoy le diríamos “cultura”. Y más estrecho porque es más bien un cánon cuidadosamente curado de poetas de la antigüedad Y NADA MÁS. Después viene la secundaria von Humboldtiana. “Se aplicará a las letras entre los diez y los trece años, y a los trece comenzará a emplear la lira y seguirá aprendiendo música hasta los dieciséis. Entonces aprenderá Aritmética, Geometría de superficies y de sólidos y en tercer lugar Astronomía. Pocos necesitarán hacer un estudio preciso de semejantes ciencias y de alumnos especiales hablaremos en otro momento”. Los alumnos especiales vienen a ser los guardianes, la casta que gobierna. Esa sigue aprendiendo cosas hasta los cincuenta años, donde presumiblemente abarcaban todo el conocimiento humano existente en la República. Recordemos que es una sociedad cerrada, que no produce conocimientos nuevos. O nada nuevo. La forma en que la República vence a otras ciudades que sí producen ciencias y técnicas nuevas involucra sobornarlas o generalmente aplastarlas con dinero. Me voy a ir de tema con la Guerra del Peloponeso, pero porque su influencia se siente en cada palabra de Platón. Esa guerra duró veintisiete años y cambió completamente la forma en que las distintas ciudades griegas contendían militarmente entre sí. De pequeñas batallas de hoplitas ciudadanos contra hoplitas ciudadanos a un complejo entramado de alianzas, operaciones clandestinas y maniobras navales masivas de Sicilia a Jonia. Sobornar fue la estrategia de Persia, que no participó directamente de la guerra y sin embargo, hasta el momento de las conquistas de Alejandro-the-Bastante-Bueno (que ocurrieron después de la época de Platón) un contemporáneo podría haber asumido que fue el verdadero ganador de la guerra entre Esparta y Atenas. Los Persas se dedicaron a tirarle oro a Esparta por la cabeza para que pudiera construir barcos y contratar mercenarios para que la guerra siguiera hasta que ninguna ciudad diera para más. Divide, Conquer and the like. Como en la República no hay uso interno para el oro y la plata ya que la propiedad se maneja en común, debería tender a acumular guita en un fondo para coimas.

Eso último es una idea espartana. En teoría los espartanos no podían acumular metales preciosos y tenían que usar cachos de hierro de muy poco valor para cualquier transacción que quisieran hacer. En la práctica no funcionaba, porque los espartanos encontraban la forma de tener fortunas personales igual. Como ningún plan sobrevive al contacto con el enemigo, el sentido que denota explícitamente un sistema no es necesariamente el que resulta de su aplicación.

VII.
Un sistema con el que podés interactuar, ya sea un juego, una escuela o una novela, puede decir explícitamente que hagas una cosa y al mismo tiempo anticipar que vas a hacer otra distinta. En el caso espartano, robar estaba prohibido y si te agarraban robando te reventaban los huesos a patadas de una manera que La 12 tendría problemas en replicar. Al mismo tiempo, en el agogé te daban de comer sobras para cagarte de hambre a propósito. La lección ahí no es el “no robes” explícito, porque si no robás te morís. La lección es “que no te agarren”. Y lo que termina aprendiendo un espartano adulto es que puede hacer lo que se le cante siempre y cuando no lo agarren.

Si es accidental, Clint Hocking en una crítica al Bioshock se hace el canchero diciéndole “disonancia ludonarrativa” a la situación donde la moraleja que cuentan las mecánicas de un juego está en oposición con la que cuenta su narrativa explícita. A partir de una contradicción se puede demostrar cualquier cosa, y entonces el usuario puede terminar sacando cualquier conclusión excepto lo que vos querías. Los colegios están plagados de ejemplos así, donde el sistema te castiga si hacés lo que te dice que hagas. Cuando promueven la solidaridad castigándote si ayudás a un compañero, cuando cada uno puede aprender a su propio ritmo pero la prueba es el martes, que puedas explicar con tus propias palabras exactamente lo que el profesor quiere como si le adivinaras la contraseña, cuando si terminás rápido una tarea el premio es más tarea.“Pero una tarea tiene valor en sí misma”. Las bolas tienen valor en sí mismas. La escuela no valora las cosas por sí mismas, valora que apruebes, porque es lo que puede medir. Volvemos al concepto de legibilidad. Por eso tiene sentido copiarte en un examen, como para un chico espartano tenía sentido robar comida, porque si no aprobás te morís. Y cuando determinas el éxito de un proceso en base a una métrica abstracta, una nota, esa nota deja de ser representativa del proceso, como cuando un gobierno trata de controlar la inflación paralizando la economía.

La consecuencia es que en una materia de secundario no se aprende esa materia, sino que se aprende a aprobar pruebas de secundario. Hay cierta cantidad de pensamiento conceptual ocurriendo en las escuelas (es decir, entender que se supone que todos esos árboles forman un bosque), pero si no termina prediciendo la contraseña del profesor, KB. No sirve. La gente que a pesar de todo sí está interesada y motivada termina aprendiendo a pensar solo dentro del marco que el profesor quiere. A usar su aprobación de respuestas y métodos como el criterio para medir si aprendió bien una cosa, en lugar de desarrollar curiosidad acerca de cómo esa cosa realmente es. A internalizar la voz de las figuras de autoridad en lugar de armar su propio sentido de discernimiento. En este orden de cosas, mi intención no es atacar a los profesores como los grandes culpables: ellos también son agentes que interactúan con un sistema que les dice que el destino del país está a su carga y a la vez todo el tiempo trata de pagarles con Patacones. La narración de un juego tiene dos partes, la mecánica y la explícita. El traje mecha y el piloto. El mecha son las reglas, desde no te copies en las pruebas a vení todos los días de tal hora a tal hora y no corras por los pasillos. Pero nadie quiere ser un agente pasivo de un sistema que no lo recompensa, y si a un profesor le pagan con patacones la recompensa por hacer lo que hace la va a buscar según sus móviles privados. En latinoamérica, por ejemplo, muchos maestros quieren hacerle honor a su tatuaje de Paulo Freire poniéndose del lado de la liberación. No quieren formar zánganos no-brain, quieren formar individuos autónomos, creativos, productivos y políticamente participativos. Sin embargo, siguen operando dentro de un contexto que patea exactamente para el otro lado. Si quieren cambiar el rumbo se tienen que pelear constantemente con las palancas. Es muy difícil ser un policía bueno cuando la policía en sí propia es una institución maligna. AHÍ MIRALO AL ANARCOZURDO COMPARANDO A LOS MAESTROS CON POLICÍAS. Desde el lado del educando, que generalmente ve las partes como un todo unificado, se lee como hipocresía y contradicción, y se puede responder con cualquier cosa entre confusión total y directamente mandando al universo entero a cagar. 

VIII.
¿Y que pasa si efectivamente quemamos todas las escuelas? Es decir, si llegáramos a aceptar que no nos interesa lo que hacen. En un principio, esto no dejaría a los chicos libres de todo mal, sino a merced de su ambiente familiar. Con un sistema público, los padres pueden cagar muchos aspectos de la vida de sus hijos, pero están acotados en cuanto a lo que pueden llegar a cagar su educación. Uno tiene la vaga esperanza que si un nene con padres horribles fuese expuesto a gente decente y un mundo de ideas nuevas en la escuela podría usar ese breve período de descanso para recuperar la cordura. Y comer algo. Y si el problema de la educación no fuese la existencia de escuelas sino qué tipo de escuelas existen lo que querríamos no sería un sistema monolítico como el de Finlandia, sino muchos tipos distintos de escuela funcionando en simultáneo. Así pasado un tiempo podés descubrir empíricamente cual educa mejor a los pibes, si Platón, Dewey, Rousseau o el Kun Aguero, y seguir por ahí. 

Pero la familia elige a que colegio vas. Padres mega-religiosos mandarían a sus hijos a escuelas que enseñaran solamente educación religiosa y descartarían matemática, ciencia o historia como trampas malignas del mundo secular. Ya hacen eso siempre que pueden. Si el sueño libertario de un sistema completamente privado se cumpliera habría que tomar medidas para proteger tanto la igualdad de oportunidades que hace posible ejercer de libre, como los derechos de los niños. Esto implica regular los colegios privados hasta el culo, lo cual va medio en contra del ideal de la libertariedad.

E Incluso muchos libertarios tienden a estar de acuerdo en que el gobierno generalmente debería estar protegiendo a la gente de la esclavitud y el uso de la fuerza. Los chicos son básicamente esclavos de sus padres durante los primeros diez o quince o dieciocho años de sus vidas, y los padres tienen un permiso social especial para usar la fuerza contra sus hijos. En el mejor de los casos, esta es una metáfora ridícula que no se le ocurriría a nadie. En el peor de todos los casos posibles, es completa y literalmente verdad y controlan todo lo que haces, que comes y si comes, cuando dormís y si dormís, que amistades podes hacer en donde, que opiniones podes expresar y así.

Por ese tipo de cosas me imagino que Platón quería sacarles los hijos a sus padres y volverlos propiedad del estado. Hoy eso es una distopia y preferimos asumir que la relación padres e hijos generalmente va a ser sana. Eso no quita que un sistema público y gratuito de escuelas sea tener un lugar para que los hijos descansen de sus padres y los padres de sus hijos. Donde muchos chicos consiguen la que posiblemente sea su única comida del día. El lugar físico es importante. La educación online es muy buena para cursos cortos, pero muy mala para todo lo demás. Es decir que las funciones, digamos, sociales de la escuela son más importantes que las educativas.

Imaginate un pibe que tiene cuatro padres (uno por cada letra de STEM, en donde laburan y ganan mucha plata) que se aman entre sí y lo aman a él y además en su omega mansión tienen TODOS los libros y TODOS los artes. A ese chico le va a ir bien en el colegio, cualquier colegio. Imaginate el caso contrario, que lo críen los Uruk-hai, y concluí como yo que el ambiente familiar pesa muchísimo más que el colegio. Si el objetivo es tener movilidad social y reducir la inequidad de ingresos, la solución no es prender fuego los colegios sino prender fuego la familia, como quería Platón, porque esa es la que se dedica a osificar las castas sociales y el lugar de donde la mayoría de la gente que tiene plata obtiene esa plata. Hasta donde sé nunca la terminaron de prender fuego en ningún lado, although not for lack of trying.

VIII.
Un sistema educativo, diseñado o accidental, existe siempre en todo grupo humano. Pero si no estamos seguros (y mucho menos de acuerdo) sobre qué modelo de sociedad deseamos, no podemos diseñar un modelo educativo que forme ciudadanos para esa sociedad porque no sabemos cual es. No una sociedad de militares o una sociedad compuesta enteramente por hippies o siquiera por ingenieros. Al mismo tiempo, no queremos que el futuro nos agarre en bolas y por eso tratamos de que la pibeada cargue consigo todos los bártulos a la vez. La única pauta que tenemos sobre lo que será es que muchas veces no hay un solo punto en común entre los adolescentes y los adultos. Bien podrían estar en planos separados de la existencia, comunicados a través de médiums. Sus respectivas percepciones de la importancia relativa de eventos y materias, escala de valores, tiempo-espacio (!), etc son totalmente distintas. Ahora, en promedio, la capacidad de análisis y nivel de conocimiento y experiencia de un adulto suelen ser superiores a las de un adolescente, y entonces uno asumiría que su perspectiva está más cerca de la realidad efectiva, y por lo tanto sabe más que el ignaro prepuberente acerca de qué es lo que le va a servir en el futuro, ¿No?

No. 

El mundo en el que van a vivir los gurises va a ser forzosamente conformado por gente como ellos, aunque tengas una máquina que mida objetivamente lo estúpidos que son. Ese mundo va a valorar lo que ellos valoren, y no lo que valoraban sus mayores. Por eso el currículum que propagan esos mayores nunca va a ser relevante. Aunque un profesor esté recién recibido, para un adolescente ya está cerca de ser un fósil. Esto los pone en una situación muy difícil, por si no tenian ya suficientes de esas, porque hagan lo que hagan los alumnos siempre se van a quejar de que lo que les enseñan no les interesa y no les va a servir para un carajo y van a tener razón. Siempre. Y los van a ignorar. Siempre. El más grande costo que tienen las escuelas como existen as of now es el costo de oportunidad. ¿Qué podrían hacer los alumnos con el tiempo que emplean no aprendiendo lo que les tratan de enseñar y qué harían con los recursos que el estado dedica a su sistema educativo si pudieran manejarlo como les parece? No porque intrínsecamente contengan una sabiduría mágica, si no porque son los que van a terminar definiendo lo que es sabio y lo que es mágico.

En cuanto al reino de lo posible, no creo que ningún gobierno renuncie voluntariamente a su órgano de construcción y promoción de la identidad nacional. Lo que sí me parece más factible es la eliminación del currículum obligatorio para el colegio secundario. Así no prendemos fuego nada pero dejamos que los gatos sean inteligentes en lo que a los gatos les sirva ser inteligentes. Si vas a ser un autodidacta en cualquier campo, tu decisión es si querés entrar a una comunidad de práctica, a una relación maestro-aprendiz o a una institución, preferentemente una funcional. Pero la verdadera respuesta correcta bien puede ser “comprar consolas con dinero público y jugar jueguitos todo el día”.

Pictured Above: Harvard

En la práctica, escuelas donde los chicos deciden lo que estudian, si es que estudian, bajo que reglas comunitarias, con que maestros y demás ya existen, pero son para una elite que puede pagarlas y que ya de por sí forma ciranças que se saben manejar en esas condiciones. Tienen Estaciones de Poder, pero a veces se aburren de eso y se van a hacer otras cosas, como leer libros y descubrir elementos químicos nuevos. A veces no, a veces tocan la guitarra todo el día para que la gente se enamore de su voz y a veces duermen siesta. Pero eligen. Chesterton decía que hay cosas como escribir una carta de amor o sonarse la nariz que uno tiene que hacer por sí mismo aunque las haga mal. Para Arnold Toynbee, la autodeterminación es el criterio del crecimiento, y la estandarización es la desintegración. Emerson decía que Platón no se volvió Platón en la escuela platónica. Platón se volvió Platón pelotudeando por Atenas. No interactuando solamente con gente de su edad, sino con toda clase de gente. No con un temario o maestro determinado, sino con toda clase de temarios y maestros. Si ya siendo Platón inventó la academia platónica, es porque era la estructura que le faltaba a su polis llena de huérfanos y callejones.

1 comentario en «¿Hay que prender fuego todos los colegios?»

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