(El Patriarca despierta en su habitación. Gritos y explosiones que vienen de afuera rompen la habitual quietud en el Santuario)
PATRIARCA. -¿Qué está pasando? ¿Qué es todo ese escándalo?
(Tiembla todo el edificio, del techo caen polvo y piedritas. El Patriarca sale al patio de entrenamiento, donde tienen lugar una serie de combates. Ravenna está ahí disfrazado de Carlos Gardel, con traje, gomina y sombrero. Le da órdenes a Tamazaki, que es el Gauchito Gil y le hace de sparring a Seiya. También están Vanegas con un disfraz de goma del Nahuelito, Erica Rivas haciendo de Gilda, y otros caballeros que miran o participan del supuesto entrenamiento. El Patriarca busca a sus hombres de confianza, los caballeros dorados)
PATRIARCA. -¡Afrodita de Piscis! ¿Qué es todo esto?
AFRODITA. –Son guerreros muy poderosos, maestro. Dicen que vienen a entrenarnos para la Guerra Santa.
PATRIARCA. –¡Nadie puede entrar al Santuario sin mi autorización! ¿Por qué no los detuvieron?
AFRODITA. –Lo intentamos, pero fuimos derrotados.
(Flashback)
AFRODITA. -(sacado) ¡Mis rosas diabólicas serán su fin!
SANTOS. –(por handy) Lampone los herbicidas en 3…2…1…
(el Patriarca se acerca enfurecido a Ravenna)
PATRIARCA. -¡Oigan! ¿Qué creen que están haciendo?
RAVENNA. -¿Usted es el Patriarca?
PATRIARCA. –Soy yo, Arles. Estoy a cargo del Santuario.
RAVENNA. -Ya no. (le da la mano) Que tal. Cozzetti de Gardel, encantado.
PATRIARCA. -¿Se pueden saber qué hacen acá?
RAVENNA. –(vuelve a concentrarse en el entrenamiento) Somos los Caballeros del Diego. Venimos desde Argentina para ayudarlo en la Guerra Santa que se aproxima. O mejor dicho, a salvarle las papas, ya que si todos sus caballeros son así de incompetentes no va a llegar muy lejos cuando tenga que enfrentarse a Mandinga. (grita) ¡Por abajo, Pegaso! ¡Era por abajo!
PATRIARCA. -¿Quién es Mandinga? ¿No querrá decir Hades?
(Ravenna lo mira, hace una pausa)
RAVENNA. -Venga conmigo por favor. Y llame a sus caballeros.
(Algunos días antes, los cuatro simuladores están reunidos alrededor de la mesa)
MEDINA. –(mostrando una serie de diapositivas) Los caballeros de Atena protegen la Tierra desde tiempo inmemorial contra Hades, el dios del Inframundo. El espíritu de Atena reencarna cada doscientos años en el cuerpo de una niña para comandar a sus ochenta y ocho caballeros, quienes usan armaduras basadas en las constelaciones y los signos del zodíaco.
RAVENNA. -¿Vos de que signo sos, Lampone?
LAMPONE. –No sé, no creo en esas cosas.
RAVENNA. -¿Y vos Medina?
MEDINA. –De Virgo.
LAMPONE. –Que sorpresa.
MEDINA. -¿No era que no creías en esas cosas?
LAMPONE. –Fue nada más que un chiste, Medina. No te ofendas.
RAVENNA. –Yo soy de Leo con luna en Capricornio. (Lampone lo mira) Una ex me hizo la carta astral.
SANTOS. –De ahí debe venir tu extroversión y tu calma en situaciones difíciles.
LAMPONE. –No me digas que vos también crees en esas estupideces.
(Santos se incorpora y mira las estrellas por la ventana)
SANTOS. –El Universo es caótico, incomprensible. Y el ser humano a su lado es menos que insignificante. De todos los mecanismos que podrían desarrollarse para lidiar con la angustia que eso produce, confiar poéticamente que nuestros destinos están ligados a la influencia de los astros no me parece ni el más absurdo ni el más desesperado. (hace una pausa y vuelve a sentarse) Yo soy de Sagitario.
LAMPONE. –Dios mío…
MEDINA. –¿Sigo? (Santos asiente) Nuestra cliente es Saori Kido, de 13 años, heredera de una fortuna millonaria y la Atena de este siglo. Cuando ella era bebé se organizó un atentado en su contra y tuvieron que llevarla a Japón. El Santuario que legítimamente le pertenece está a cargo de un falso Patriarca, que asesinó a traición al verdadero. La causa de Saori es sostenida tan sólo por un puñado de caballeros de Bronce, los más bajos del escalafón, y por su mayordomo Tatsumi, cinturón negro de Aikido, que fue quien nos contrató. En este momento están viajando a Grecia en un avión privado para enfrentarse a los caballeros dorados que protegen las doce casas del Santuario.
SANTOS. –Y sin nuestra ayuda serán fácilmente derrotados. Un caballero dorado puede moverse a la velocidad de la luz, y sus armaduras resisten el cero absoluto. Uno de bronce, bueno. Digamos que su cosmos se queda muy atrás. Lampone, ¿Todavía tenés el contacto de las cosplayers que salvamos de los otakus que las acosaban?
LAMPONE. –Punk Melon y Uzumaki Mikazuki.
SANTOS. –Vamos a necesitar que nos hagan algunas armaduras.
(el Patriarca y todos los caballeros dorados alrededor de Cozzetti de Gardel)
RAVENNA. –Les comento como es la situación. Mientras ustedes están preocupados por sus patéticos conflictos internos, a ver quien es o no es Atena, una amenaza mucho más inmediata se cierne sobre la Tierra. Mandinga es una fase previa de Hades antes de convertirse en tal, pero no por eso es un enemigo menos formidable. Mediante un exhaustivo trabajo de inteligencia hemos determinado tanto su identidad como su ubicación (Gaona disfrazado de Fangio entra con una carpeta, y se la da al Patriarca).
PATRIARCA. -(recibe la carpeta, la abre) ¿Está en Afganistán? ¡Ja! Enviaré un grupo de tareas a que lo asesine en este instante.
RAVENNA. -No me haga reir. Si sus caballeros dorados no pudieron vencernos a nosotros, mucho peor les va a ir contra un dios. Les falta entrenamiento, pero me temo que el tiempo está contra nosotros.
AFRODITA. -Tiene que ir usted, maestro Arles. No hay otra alternativa.
PATRIARCA. -Todos son unos cobardes. Soy el Patriarca del Santuario, ni siquiera un dios puede desafiarme. Aniquilaré sin problemas a este…. (lee de la carpeta) Franco Milazzo.
(días antes, en la mesa de los simuladores)
RAVENNA. -¿Pero qué hay del verdadero Hades? Podría entrometerse en el operativo, quizás incluso arrastrarlo a Milazzo hacia su bando. ¿Sabemos quién es?
MEDINA. –Hades reencarna en cada generación en el humano más puro del planeta.
LAMPONE. -¿No serás vos, Medina?
(Medina saca una foto y se la entrega a Lampone. Lampone se la pasa a Ravenna y este a su vez a Santos)
SANTOS. –(levanta la vista de la foto) Medina, de esta parte te vas a encargar vos.
(En un ascensor detenido)
ANDRÓMEDA. -¡El ascensor que sube hasta el Santuario está atascado! ¿Qué hacemos Jacques?
MEDINA. –(disfrazado de Ricardo Fort) No te desesperes Andrómeda, podemos reactivar toda la luz elevando juntos nuestro cosmos. (suena Chiquitita de ABBA, Medina se acerca lentamente a Andrómeda)
ANDRÓMEDA. –(sonrojado) Fort Senpai…
(En la mesa)
MEDINA. –Correcto.
SANTOS. –Señores, preparense. A primera hora salimos para Grecia.