Claro que hay gente que piensa que no hay criterio válido para juzgar una obra de arte, pero esa gente se equivoca(1). Según Croce, la estética es la ciencia de la expresión. Un artista que la mueve se relaciona con su ambiente como un prisma con la luz. Agarra la luz blanca de mierda y te devuelve un arcoiris. Para John Barth es la combinación de una visión intelectualmente seria con gran introspección humana, poder poético y maestría consumada de los medios empleados. Mientras vos lees esto yo voy llevando una planilla de cálculo con las distintas formas que voy encontrando en las que se puede leer un texto. Spoiler alert: son una banda. Recién empiezo y ya tengo computadas alrededor de ciento quince, que como notarás es bastante más que ninguna. Claramente no voy a analizar los dibujitos usando todas y cada una de ellas porque no termino más. Por lo tanto, tengo que elegir un criterio.
En un principio, juzgar por “la maestría de los medios” a los animés no tiene sentido. La pericia técnica allá en Niponia es tan buena y (relativamente) barata que la mayoría de los animes son hermosos, están bien escritos, bien musicalizados, actuados, etc. No figazean de la misma forma que nosotros, perezosos, gordos y avaros occidentales. Figazean de otra. En el país con la expectativa de vida más alta del mundo, el laburante de anime promedio revienta a la misma edad que una travesti: alrededor de los 35 años. Estas últimas porque las matan en callejones oscuros, los primeros porque laburan sin parar 40 horas por día(2).
Entonces como no puedo mirarlos por ese lado, me voy a limitar al resto de los criterios filosófico-morales. Es decir, “¿Qué hay que hacer de este mundo miserable?”.
Voy a analizar primero los dibujitos que generalmente se nombran como los más mejores cuando un grupo de repugnantes otakus se juntan a hablar de anime y después voy a proceder a hablar del verdadero más mejor, que es Sakamoto.
Evangelion
Ahora se puso de moda de vuelta porque Netflix lo manosea como Robert Plant a cualquier cosa que haya hecho antes un negro, pero en realidad siempre estuvo “de moda”. Evangelion debe ser el anime que más vendió en la vida, desde dvds(3) a muñequitos a muñequitos porno. Hay muchos animes que están basados en mangas, pero Evangelion tiene la particularidad de estar basado en la obra de Ernesto Sábato. Accidentalmente. No creo que Hideaki Anno haya leído a Sábato. Quizás. Debe ser más bien un fenómeno de evolución convergente: encontrar por un camino independiente la misma forma de ser horriblemente desgarrado por la vida.
Sábato es de la línea de los existencialistas cristianos, cuyo exponente más conocido es el ruso Dostoievsky(4), y se caracterizan por volverse completamente locos cuando alguien siquiera menciona la palabra “razón”(5). Para ellos, la simbología cristiana es fachera, los ángeles y todo eso, pero no es lo importante. Lo importante es que la especialización técnica cosifica al ser humano, y la razón pura va a destruir a la humanidad. La razón está prohibida porque no sirve para la existencia. Ésta es una pugna entre las fuerzas de la luz y de la oscuridad, que es cósmica pero también interna. Y el ser humano debe estar completo en toda su sensibilidad y todas sus contradicciones trágicas para poder enfrentarla.
Tanto Evangelion como, por ejemplo, Sobre Héroes y Tumbas, están protagonizadas por un pibe que se come de prepo el peso del mundo entero, pero todos los personajes son en realidad fragmentos de la psiquis descuajeringada del autor. No tiene más problemas con su madre porque ya tiene demasiados problemas con su padre. Lo único que lo salva de la locura y el suicidio es hacer cosas inapropiadas en la vecindad de una piba inconsciente. Qué confuso es todo, qué difícil es vivir y comprender. Que larga la búsqueda del absoluto. Tan larga que es eterna. Por eso tiene que explotar todo a la mierda al final, porque nos tenemos que ir.
Esta es, esencialmente, la filosofía de una sociedad que se desintegra. Te deja las ruinas, pero no dice mucho sobre qué hacer con ellas.
Dragon Ball
Para ser justos, la única forma en que pienses que Dragon Ball es el fucking mejor dibujito que salió de esa isla neurótica que es Niponia es si:
- es el único anime que viste
- lo viste de gurí.
Pero como esos casos son bastante comunes, vale la pena hacer un análisis. Primero, el enfoque tecnológico de DB es parecido al de Evangelion, pero más extremo: la tecnología es para pelotudos y cagones. Esto queda en evidencia particularmente cuando los sayayines viajan por el espacio haciendo mierda civilizaciones más avanzadas que ellos o, más comúnmente, cuando alguien es lo suficientemente idiota como para sacarle un fierro a Gokú. Gohan, que tenía todo para ser el más poronga de la galaxia, deja de entrenar para volverse nerd porque la mamá le dijo que lo haga, y el Universo sufre en consecuencia cuando él no está a la altura de la siguiente amenaza. “Los kilombos crean hombres fuertes que crean buenos tiempos que crean hombres débiles que traen kilombo” se ejemplifica muy bien con una cita que hace Carlyle en respuesta a que los nórdicos abandonen el paganismo:
“Yes, King Olaf, it is all beautiful, with the sun shining on it there, green, fruitful, a right fair home for you; and many a sore day had Thor, many a wild fight with the rock Jotuns, before he could make it so. And now you seem minded to put away Thor. King Olaf, have a care!” (6)
Lo que es problemático en Dragon Ball en realidad es lo que es problemático con la moral heroica. Con la idea de que lo mejor que puede ser una persona es fuerte y valiente. Ojo, no es que está estrictamente mal ser esas cosas. Contrastemos esto con la moral burguesa, por ejemplo, donde lo mejor a lo que puede dedicarse una persona es a hacer plata. Dragon Ball (y los Shonen en general(7)) valora el esfuerzo, la dedicación, la amistad y todas esas giladas. El problema con la fuerza es lo que deja en su camino, o cuando choca con otra fuerza, lo que queda aplastado en el medio. Generalmente niños. Es decir que vos te podés jugar la vida si querés, pero no te juegues la vida de los demás. Andá a pelear a la cancha de Vélez, donde no hay nadie.
Volviendo a lo del desdén por la tecnología, la moral heroica es una forma de arcaísmo. El arcaísmo es un intento de escapar a un presente intolerable pretendiendo reconstruir una fase previa de la sociedad que se desintegra. Esto en historia política trae ecos de toda clase de fascismos que quisieron hacer exactamente eso, por si el super sayayin ario no lo dejó claro ya.
Esa gesta heroica necesariamente tiene que ser imposible. Porque si llegas a completarla, inmediatamente tenés que empezar otra. Y otra más. Y otra más. Y todo así durante cuatrocientos capítulos. Por eso las peleas no terminan más y los mangas shonen tampoco. No pueden terminar definitivamente. La vida tampoco. Te morís y seguís peleando en otro Valhalla. Es por esto que el arcaísmo solo puede tener esa esterilidad de la repetición eterna o transformarse en su opuesto-pero-igual, en futurismo. Un intento de escapar el presente pegando un salto ciego al futuro. Cortar todo nexo con el pasado y tratar de construir un nuevo reino utópico. No hace falta aclarar que eso se hace solamente a las piñas.
Pero hablando del pasado…
Cowboy Bebop
¿Sabías que el soundtrack de Cowboy Bebop está muy bueno? De hecho, lo estoy escuchando en loop mientras escribo esto. Te sugiero que hagas lo mismo. La serie es toda hermosa, pero dije que no me iba a dejar cegar por la vil besheza, como me pasa con los gatitos que después cagan en cualquier lado. Cowboy Bebop tiene que ver con otra forma de confrontar el pasado, antes de que todo se fuera a la mierda, que pasa por desapegarse del mismo. Que te defina más lo que haces ahora que lo que hiciste antes, cuando eras esencialmente otra persona. Cada capítulo es más o menos unitario, seguís la historia de alguien cuyo conflicto es un reflejo del tuyo, desde el punto de vista de estos cazarrecompensas que están desapegados de su pasado o que quieren desapegarse de su pasado. El mundo no tiene sentido y nada importa, pero no por eso hay que ser necesariamente pesimista. Lo único que podes hacer es aceptar lo que te cague la paloma y seguir para adelante con una sonrisa. Esta es casi la filosofía de los estoicos, los Zenones de Atenas, los Marco Aurelios y los Senecas. La diferencia es que ellos valoraban mucho más la virtud en sí misma que Cowboy Bebop. Estoico viene de piedra, pero en realidad son como el agua, como esa arte marcial falopa que hace Spike.
Recipiente al que lo tires, recipiente al que se adapta.
El desapego se asocia también al budismo, pero particularmente a un tipo de Buda(8): el Pratyekabuda. Buda privado o Buda solitario. Es el Buda que se corta solo y alcanza la iluminación por su cuenta, sin maestros ni discípulos. Se refugia en el Nirvana y se queda ahí. El Nirvana no debe ser interpretado como la extinción del ser por escopetazo kurtcobaniano y el traspaso a un mundo informe loco de luz, sino como un alivio. Un “fiuuuuuu”. La palabra “Nirvana” significa alivio. Es la vida diaria, tal cual la vivimos hoy, pero vista y percibida de una manera completamente distinta, sin la frustración que la acompaña. El Sísifo que encontró la manera de no preocuparse porque se le caiga la piedrota. Sin embargo, el pratyekabuda no es el mejor considerado de todos los budas. Como dije más arriba, el mejor es Sakamoto.
Sakamoto desu ga
En todas las filosofías y religiones, el más capo de todos no es el que llega al Cielo. Es el que llega al Cielo y vuelve a la Tierra, ya sea porque ama demasiado a las personitas que viven ahí y las quiere ayudar o porque se da cuenta que en realidad el Cielo y la Tierra son lo mismo, dos caras de la misma moneda(9). Los bodhisattvas, los ciclos de Brahma, los Jesuses volviendo del desierto. Si queres un ejemplo secular, sería el que juega en la selección pero cada tanto vuelve a la placita del barrio a jugar con los pibes. Esa transformación, esa ida y vuelta, es lo único que te salva. No es el salvador con la espada, no es el salvador con la máquina del tiempo, no es el filósofo que se disfraza de rey a la manera de Platón. Todo eso falla. Lo que no falla, lo que conquista a la muerte, es Sakamoto.
Sakamoto es un alumno de secundario, pero como bodhisattva es perfecto. Injustamente perfecto, a tal punto que no puede perder nunca (10). Esto muy para el desagrado de la gente que profesa otras morales que la suya, que es eminentemente estética pero solidaria. Sus enemigos son todos esos que aparecen en la sociedad que se desintegra. Los que se hacen los poronga, los piolas, los garcas, los manipuladores, los nihilistas, etc. Y la manera que tiene de enfrentarlos no es cagarlos a bifes sino ayudarlos a salir de ese samsara por acción propia. Tan propia que la serie está contada desde el punto de vista no de Sakamoto, sino de sus compañeros de escuela. Los bullies que lo quieren bajar y no pueden y las pibas que se lo quieren coger y no pueden. Crucialmente, también de la gente que quiere ser como él y tampoco puede. Porque tienen que ser ellos mismos. El progreso hacia la autodeterminación es el criterio del crecimiento. La estandarización es la desintegración. Sakamoto es el mesías.
Sakamoto desu ga es una comedia de 13 capítulos de 20 minutos. La serie en sí propia no es tan perfecta como Sakamoto, pero Shakespeare tampoco lo es. Como él tiene romanos con relojes y Veronas en la costa, la serie tiene defectos. Nada grave, though (11) . Es, después de todo, el mejor de todos los dibujos chinos que hay.
Me despido dejando un cover del tema de Sakamoto, interpretado nada menos que por Dolina.
(1) Más bien no hay criterio para juzgar ninguna otra cosa.
(2) En Japón los días tienen 40 horas. Googlealo.
(3) Que los ponjas TODAVIA COMPRAN for some reason.
(4) Acordate que hay más tipos de cristianos que de peronistas. “Cristiano” no es necesariamente sinónimo de cura homofóbico violador de menores.
(5) Si querés ver a Sábato volverse completamente loco ante la mera mención de esa palabra prohibida por parte de un pibe que ni siquiera la estaba usando en el mismo sentido que él, podes buscar en Youtube su participación en Hora Clave, donde la voz de la cordura es MARIANO GRONDONA. Puedo ver tu horror.
(6) “Sí papu, muy lindo todo… el sol, el campo, los pajaritos… Pero si Thor no le hubiese reventado la pera a los gigantes que te venían desde Lanús a cascotearte el rancho vos hoy no la contabas. Y ahora agarrás y decís “Que se joda, chau” así nomás “me voy a venerar a Cristo”. Está bien, amigo, quedamos así.”
(7) Shonen significa “varón joven” y también es el género de “vamos muchachos, vamos a pelearnos contra el mostro”
(8) Sí, hay tipos de Buda. Son como los Bowies.
(9) ¿Será Del Caño un Buda? TAL VEZ.
(10) Hay una discusión weeb sobre si Sakamoto le puede ganar a Saitama de One Punch Man, que está condenando a ganar siempre. Mi postura es que sí, no solo le gana sino que lo ayuda a encontrar las mejores ofertas en el Ponjarrefour. Lo menciono porque One Punch es otro dibujito que podría estar en esta lista, pero se queda un poco corto.
(11) Mentira, no tiene. Lo que parece que es un defecto es un refuerzo solapado. Pero si digo que es OMG SO PERFECT YOU GUYS parezco un poco demasiado el fanático desquiciado que soy.